Amar - Callar

En muchas situaciones hemos hablado para imponer nuestro punto de vista ¿Quién no lo ha hecho, levante la ceja, la mano? Pues esos impulsos básicos en todos los seres humanos son motivados por el ego, ese ego aplastante contigo y con el otro, porque, aunque en ocasiones se siente bien imponer, (lo digo porque soy madre y a veces se tienen que imponer reglar inflexibles y los hijos las acatan, hasta que aprendan a ejercer su libertad responsablemente,) pero cuando lo haces para lucirte, para creerte más que el otro, pues eso ya habla por sí mismo de quien eres y como te mueves por el mundo.

 Guardar silencio puede ser más complicado que hablar escupiendo o sacando lo que hay, sin pensarlo, meditarlo o comprenderlo y entonces sucede que ese impulso puede distanciarnos del otro, del esposo, del jefe, del estudiante, del amigo, etc. 

Callar puede parecer más difícil, porque esto de corregir, amonestar, rechazar, proponer u opinar, vaya que puede ser uno de los mejores aprendizajes de tu vida, es decir que, si se aprende a practicar el silencio desde la infancia, le das a tu vida una de las mejores herramientas interrelaciónales.

¿Has tomado conciencia de cuantas veces debiste guardar silencio ante alguna situación de tu vida? en la infancia, adolescencia, juventud, en el hogar, la escuela, el trabajo, con tu pareja, familia, etc. Oh creo que todos podemos reconocer que, callar hubiera sido la mejor opción, sin embargo, hubiera no existe. 

Nunca es tarde para adquirir la capacidad de guardar silencio, callar para amarte es una forma de amar al otro y siempre es tiempo de hacerlo, existen muchas técnicas en la actualidad que pueden dirigirte en el cometido. Aumenta y mejora la resiliencia. Da más sentido a la vida, callar para amar y tener consciencia de hacerlo.

Callar para tener conciencia y entender que estar alerta ante todo diálogo personal y de inter-relación es mejorar nuestra forma de amar, de amar al otro, de acompañarlo; desde mi perspectiva es aprender a callar cuando se debe hacer; es dar a nuestras sensaciones de empatía activa, el valor que tienen, creo que todos sabemos que existen momentos en que es mejor guardar silencio, que decir una barbaridad, o emitir un juicio, el silencio es en muchas de las ocasiones de gran valor para quien lo recibe.

Guardar silencio es también una forma de amar que requiere de humildad para saber que no siempre debo decir las primeras palabras, si no puedo decir algo positivo que el otro necesita. Callar para amar es una forma de dar, dándote con humildad.

Ser protagonistas es el impulso del ego, seguramente conoces personas atrapadas en ese ego aplastante que anula a quien esté cerca.  Parece que le ama, pero desde mi punto de vista le mal ama porque se convierte en manipulador del otro.

 El ego negativo, cierra las puertas a seres humanos que pudieron ser maravillosos, están fuera de sí, se descentraron de su energía, dejaron de ser ellos, se perdieron en el abismo del ego.

El ego positivo es aquél que te impulsa a ser mejor persona, a reconocer tus limitaciones y reconocer las cualidades del otro, el ego positivo te motiva a mejorar tus conocimientos a través de diplomados, cursos o talleres. El ego positivo te ayuda a reconocer lo que no eres y entonces aprendes de quien sí eres.

Creo que el problema del ego negativo es sentirse por encima del otro, es dispersar tu energía queriendo hacer todo y nada, es robar de alguna manera el espacio de otros. 

Pero más que hablar del ego, quiero hacer énfasis en lo que para mí ha significado callar, en las veces en las que he preferido guardar silencio porque hago caso a mi cuerpo para mantener mi energía, para no desgastarme en situaciones complicadas o que no me corresponden.

Ofrecer el silencio como una forma de valorar al otro aquí y ahora es un acto concreto para hacerte, rehacerte, descubrirte u potencializar una forma nueva de vida, de tu vida. Lo considero así porque cuando amamos somos capaces de ofrendarnos para mejorar una relación. 

Callar con humildad, es decir podemos utilizar ese silencio de forma positiva, creativa, que tal manera que sirva para mejorar los encuentros y quitar esas tensiones que a veces se dan en toda relación, es callar hablando con la mirada, contagiando lo bueno de la relación, lo que sí se puede, es saberte imperfecto perfectible, es darle valor al otro, es comunión entre iguales, porque al final, todos morimos, callando o no, pero aprender a hacerlo en vida para la vida es algo verdaderamente convertidor de relaciones positivas.

  • Callar con fe, como esa certeza de lo positivo que hay en ti, en la relación, incluye la razón y los sentimientos.
  • Callar para fortalecer y afianzar ese lazo invisible que existe con el otro.
  • Callar para amarte amando es favorable para tu Ser y Estar.
  • Callar para conquistarte con humildad, reconociendo tu pequeñez y grandeza.
  • Callar en esa búsqueda de la felicidad, que requiere de silencios conscientes de vida.
  • Callar para tener el placer de escuchar con todos tus sentidos, mente, cuerpo y alma.

Creo que todo ser humano puede y debe aprender a callar para amar, porque en el silencio encuentras múltiples respuestas a preguntas realizadas o no.

En ese caminar de aprendizaje se descubre así mismo, se devela algo que quizás ignoraba, pero percibía, se equilibra energéticamente, se requiere de éste aprendizaje para tomar consciencia de tu estar para alinearse con toda relación que se tenga en la vida.

Callar para amar desde que naces, escuchar los sonidos, las palabras, sentir con todo lo que eres para transformarlo, transformándote, callar para amar a tus padres en la distancia o cercanía, en ese silencio puedes descubrir eso que no te dicen, dijeron porque no saben hacerlo, o nunca aprendieron, es también comprender que en la vida todos aprendemos a hacerle diferente, callar para amar a tus hermanos, primos, familia, de la misma manera, callar para descubrir esa vocación de vida, para amarla porque será tu compañera de vida, callar para amar lo que tienes, tomando consciencia de lo que sí, del gran potencial que hay dentro de ti; que por tantos ruidos personales y externos has puesto un muro de mejora personal, de carencia de salud emocional; callar para amarte, amando quién eres, descubriendo en cada silencio personal o ajeno la maravilla de la vida.

Callar para amar porque somos un mundo que requiere de paz, de amor y silencios transformadores, alteradores de lo negativo para vivir en positivo, creando vida, dando paz.

Mtra.  Susi Robles Reyes

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